¿Cómo de importante es nuestro pasado a la hora de pensar en un futuro sostenible y de vanguardia para nuestras ciudades? Cuando miramos al horizonte y nos imaginamos la ciudad en la que vivimos dentro de 50 años solemos pensar en una tecnología que poco a poco vaya dejando atrás lo que vamos considerando antiguo o desfasado. ¿Y si ese mundo rural es la pieza clave para la sociedad respetuosa con el medio ambiente que aspiramos a construir?

CAPSA VIDA y su vehículo de inversión siempre tienen la vista puesta en empresas y start-ups que consigan cambiar la manera que tenemos de concebir las ciudades a base de innovación. De todas formas, también creemos que parte de esa innovación debe tener su base en conceptos que, aunque ahora no tengan el mismo sentido que tuvieron en su momento, tengan la chispa a partir de la cual germinar grandes ideas.

En esta entrada os hablamos de la “ciudad del futuro” y de todo lo que este concepto engloba en términos de alimentación, piedra angular a partir de la cual surge gran parte de nuestra cultura en el resto de ámbitos.

Regreso al futuro

No tenemos que irnos muy lejos si queremos poner ejemplos de ciudades o pueblos esculpidos en torno a la naturaleza y, más concretamente, al cultivo y obtención de alimentos para la vida diaria. Granada y su Generalife aún demuestran a día de hoy el cambio que la evolución agraria consiguió en esa zona.

De hecho, y como demostración perfecta de que volver la vista al pasado puede ser muchas veces la mejor solución para el futuro, en La Alhambra se recuperaron antiguas estructuras y mecanismos romanos que habían caído en desuso. La gestión del agua es clave en las calles de la fortaleza granadina y el aprovechamiento del sistema hidráulico romano sirvió para abastecer huertas, árboles frutales y pastos para el ganado. Todavía hoy sigue funcionando con el mismo objetivo.

Arquitectura + biología: la esperanza del mundo

¿Y si cultivamos nosotros mismos lo que consumimos? Como decíamos antes, la problemática inmediata del cambio climático nos ha hecho dejar de pensar en ciudades del futuro llenas de coches voladores y mares de asfalto para pensar en algo mucho más limpio y sostenible.

Ahora la ciudad ideal que acabaría con la contaminación y todos los problemas de salud que esta acarrea se dibuja en nuestra mente con mucho más color verde que hace no tantos años. Algo más parecido a rascacielos invernadero que a fábricas de robots.

Usar los grandes edificios residenciales como herramienta de cultivo no solo conseguiría productos frescos al alcance de cualquiera sin necesidad de conservantes o añadidos, sino que también reduciría la necesidad de gastar combustible en importarlos de lugares lejanos de la propia ciudad. ¿Suena cercano o a ciencia ficción?

Gestión circular de deshechos

Si estamos intentado idear una ciudad perfecta en lo que a sostenibilidad se refiere no podemos dejar de lado a los residuos que, pase lo que pase, generaremos en ella. Los plásticos y demás derivados del petróleo jamás podrían volver a ser de uso único y todo lo que se usara sería 100% reciclable para que su vida sea prácticamente infinita.

Además, y a colación del punto anterior, todos los residuos orgánicos generados podrían ser compostados por nosotros mismos para su utilización final en esos mismos cultivos de los que provienen. El circulo perfecto donde además de ganar nosotros también ganaría la ciudad.

En último lugar, pero por supuesto no menos importante, tendríamos la gestión del agua; ese elemento tan importante para los que idearon La Alhambra en su día. Cualquier agua es reutilizable y tratable, ya sea de lluvia, aguas grises o simplemente agua desechada. Sin un agua de calidad y bien aprovechada todos los puntos anteriores sobre los que estábamos construyendo la ciudad del futuro harían que se cayera abajo por sus cimientos.

2050 es la fecha puesta por el Pacto Verde Europeo para conseguir que todo su territorio sea neutro en emisiones que dañen a nuestro planeta. En CAPSA VIDA queremos ayudar a que los proyectos con los que colaboramos se conviertan en escalones hacia un objetivo tan importante como es la lucha contra el cambio climático. Unir lo rural con lo urbanita empieza a despuntar como la solución definitiva y nuestro vehículo de inversión lo tiene más claro que nunca.

¿Te mudas con nosotros a la ciudad del futuro?