El consumo consciente, como nos demuestra este estudio llevado a cabo por 21 gramos a lo largo de los últimos 7 años, parece coger fuerza y ser la tendencia que los consumidores terminan por fijarse como objetivo. Algo que para CAPSA y los proyectos con los que colabora es algo básico y fundamental de cara al futuro cercano, empieza a tomar la misma relevancia en el imaginario del que decide o tiene la necesidad de adquirir un determinado bien. «¿Mi acción está teniendo un impacto medioambiental negativo?» «¿Estoy actuando de una manera socialmente sostenible?» Ya es más de un 84% de la población la que, siendo coherente o no con sus pensamientos, se hace estas preguntas en su día a día. Este dato es más que un buen comienzo para construir una sociedad de consumo acorde a nuestra situación climática.

Rubén Hidalgo, Director de Innovación y Emprendimiento en CAPSA FOOD, ha podido formar parte del estudio como co-inspirador, aportando ideas y reforzando el objetivo que defiende 21 gramos con los datos arrojados por su investigación.

 

Una pandemia que lo cambia todo

Marta González-Moro, CEO de 21 gramos, pone el COVID y sus consecuencias como punto de inflexión en la manera en la que las personas actúan de cara al consumo de bienes. Enfrentarse a una situación real donde el planeta parece que no está de nuestro lado en el 100% de las ocasiones puede haber sido el detonante que ha conseguido crear estos nuevos tipos de consumidores.

El foco debería de ponerse en un futuro cercano en el que seamos nosotros los que consigamos adaptarnos al planeta para salvar las distintas problemáticas medioambientales a las que seguro nos tocará enfrentarnos.

 

¿Y cómo afecta esto a las marcas?

Es importante marcar la importancia de cada uno de los agentes que juegan su papel en este cambio y, aunque se hable de los consumidores como la parte activa, las marcas tienen que ser las que fomenten y atraigan a ese consumo por razones ecológicas y sostenibles.

Como decíamos antes, no todo el mundo es coherente con sus ideas y lleva a cabo un consumo saludable en, por ejemplo, su compra diaria. pero ya alcanza el 82% el porcentaje de los que admiran y tienden a seguir a los que opinan y actúan en consonancia. Con la misma premisa se genera una responsabilidad en las marcas, que deben salirse del clásico calidad-precio para aportar otro tipo de valores que capten a nuevos clientes.

Cada dato de la investigación del IV Estudio de Marcas con Valores 2022 es una nueva razón para pensar positivamente en el futuro que le espera a nuestro plantea (y a nosotros en él).

 

¿Lo necesito o no?

Como aspecto curioso a destacar entre toda la información extraída del estudio de 21 gramos está el perfil del consumidor reticente a modificar su estilo de compra que, aun así, nos da motivos para creer en ese cambio hacia lo sostenible que parece estar a la vuelta de la esquina. Y es que incluso los que actúan de la misma manera en la que piensan (y no de forma sostenible o atendiendo a aspectos más allá del precio o la calidad) se plantean antes de adquirir un bien si lo necesitan o no. Más de la mitad de estos realizan ese proceso mental en sus compras.

 

Consumo consciente, consumo feliz

Es lógico tender a pensar que, si te tienes que preocupar de más detalles como consumidor, quizás no sea una tarea tan agradable y sencilla como la de aquellos que simplemente se fijan en la etiqueta y en el número anterior al símbolo del euro.

Pues nada más lejos de la realidad. El consumidor consciente y sostenible se ve premiado con una mayor satisfacción tras sus actos, que le llevan a sentirse orgulloso, activo, comprometido y más feliz. Salirse de la clásica compra de productos y ver que con tus acciones, además de satisfacer tus necesidades de la mejor forma posible, estás ayudando al planeta y a los tuyos, es una razón más que suficiente para sentirte mejor contigo mismo.

 

La importancia de las marcas con valores

El modo de actuar de CAPSA VIDA y de las empresas a las que financia con su vehículo de inversión sostenibles es justamente el resumen de todos los resultados extraídos de este estudio. Solo fijándonos metas que permitan cambiar a mejor la sociedad y su manera de consumir conseguiremos que deje de ser un objetivo para pasar a ser toda una realidad.

El 94% de los/las ciudadanos/as solo hablan de las marcas que utilizan en sus hogares con adjetivos positivos, poniendo la confianza por encima del resto, y es ahí donde se ve la relevancia que juegan en este propósito de mejora de costumbres. Si gran parte de la población es consciente del problema medioambiental, buscará maneras de aportar su granito de arena. Y si ve que hay marcas que también lo hacen las elegirán como sus próximos bienes de confianza. Es decir, como las marcas con valores que son.

 

 

El cambio hacia un consumo consciente no va de edades ni de generaciones y no podemos estar más orgullosos de estar favoreciéndolo a base de buenas ideas sostenibles y con el planeta como preocupación principal.