A priori pueden parecer dos conceptos muy diferentes, pero en realidad están destinados a encajar. El desperdicio de los alimentos se ha convertido en un problema de carácter urgente, sobre todo, en un contexto de pandemia como el actual. La COVID-19 ha puesto sobre la mesa la necesidad de replantear la forma en que producimos y consumimos. ¿Qué podemos hacer para reducir la pérdida de alimentos?
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, ONUAA, más conocida como FAO, ha señalado que alrededor de un 14% de los alimentos que se producen en el mundo se pierden en el recorrido del campo a la mesa y remarca que es fundamental la participación de todos los eslabones de la cadena alimentaria (productores, distribuidores y consumidores) para gestionar de manera responsable los alimentos y los recursos empleados para su producción.
Cuando se tira un alimento, no solo hay que pensar en las calorías y nutrientes que se desperdician, también en los recursos que se han utilizado en vano; es decir, recursos que terminan en la basura, pero que de gestionarse de forma responsable podrían emplearse para otra finalidad.
¿Cómo luchar contra el desperdicio de alimentos?
Solo podemos luchar contra el desperdicio de alimentos si las partes implicadas en la cadena cambiamos nuestra actitud. Somos, sin lugar a dudas, #ParteDeLaSolución.
Nos encontramos en una época de cambios. Las empresas somos cada vez más conscientes del riesgo y de los beneficios de promover buenas prácticas que eviten el desperdicio de alimentos. Sin embargo, debemos ir más allá de elaborar un plan interno basado en la prevención.
El lado bueno es que no existe una única propuesta para ayudar a reducir el impacto de este problema.
Tecnología, propulsora del cambio
Un tercio de la comida que se produce en el mundo se desperdicia con consecuencias graves para el medioambiente, la economía y la sociedad. Para aumentar la eficiencia del sistema alimentario y reducir la pérdida de alimentos una solución pasa por la innovación y la tecnología.
Si combinamos el cambio de actitud con soluciones técnicas es muy probable que se consigan cambios considerables.
Las mejoras tecnológicas pueden aumentar la producción, pero también pueden servir para identificar usos alternativos para los productos, muy diferentes a sus propósitos iniciales.
En este sentido, han surgido nuevos productos y soluciones de startups que intentan, de una manera u otra, combatir el desperdicio de los alimentos, pero sabemos que hay más personas y emprendedores con ideas muy buenas aún por desarrollar. Nos dirigimos en especial a todas ellas.
Desde Capsa Food ya venimos haciendo cosas para reducir el desperdicio. De hecho, nos hemos convertido en la primera empresa láctea en España en recibir el certificado Aenor ‘Residuo Cero’, certificado que se concede a aquellas organizaciones que valorizan más del 90% de los residuos que generan, evitando así que su destino sea el vertedero.
Pero para ser parte de la solución no podemos quedarnos ahí. Queremos arrimar más el hombro y para ello, hemos creado la iniciativa CAPSA VIDA, una oportunidad para que cualquier persona, concienciada con la economía circular y el cambio climático, ponga en marcha esa idea que lleva rondando años por su cabeza.
¿Nos ayudas a conseguir una #AlimentaciónConPropósito? ¿Hablamos?